Tequilas, tacos, enchiladas, nachos… No, no es el menú que nos vamos a zampar hoy (ojalá). Son palabras que nos transportan directamente a México. Un país fascinante que enamora y nosotras estamos bien enganchadas. Por eso, no nos importaría tener una boda a la mexicana, llena de color (pero sin mariachis). Aprovechándonos del estilo mexicano, sin caer en tópicos, sino sacando todo lo bonitista que nos puede ofrecer. Por eso hoy traemos una buena dosis de mexicanismos bonitistas que no faltarían en esa boda que sería, como dicen allí, bien chida.

Empecemos por el principio: la invitación. Tenemos que aprovechar el diseño y la inspiración mexicana para poner en contexto a nuestros invitados. El papel picado está muy de moda y la verdad que nos encanta. Además, os lo ponemos fácil, sólo tenéis que descargar este imprimible y ya lo tenéis.  El rollito baldosín y como no, las flores, tampoco fallan.

Y hablando de flores, que no falten. Nos da igual el color, la raza o la procedencia. En una boda a la mexicana deben abundar por doquier. Si cuidamos detalles como el envase aprovechando tarritos viejos o latas, ya lo tenemos todo.

Y seguimos poblando de detalles esta boda a la mexicana imaginaria: vajillas, cactus, guirnaldas, telas. ¡No mames, esta boda está bien linda!

Nosotras estamos ya por entonarnos por Luís Miguel o Paulina Rubio para dar el sí quiero y gritar a la vez, ¡viva México (cabrones)! ¿Qué os parece este estilo de boda?

¡Feliz jueves!