El abrigo de leopardo, ¿un clásico que no pasa de moda?

Os tengo que reconocer que llevo fatal el cambio de armario. En Málaga ha hecho calor hasta hace nada… y aún me seguía poniendo la ropa de verano  pero con alguna chaqueta, vestidos de manga larga sin medias, botas y manga corta… en fin, estas combinaciones imposibles propias de los días de noviembre con calor o mayo con frío. La cosa es que en esta suerte de sí pero no de otoño (al menos en el Sur), me puse a repasar los abrigos que tenía de temporadas pasadas y ¡oh! apareció uno de leopardo. Recordé entonces que me lo compré hace como 4 o 5 años en Primark en un perchero de ropa con taras (¿alguien da mas?) y que en su día, mientras lo pagaba, en mi cabeza solo estaba aquella foto a la que quería parecerme: Kate Moss y su abrigo de leopardo.

Obviamente, ni el abrigo se parecía, ni yo me parecía (ni entonces, ni ahora), ni nunca he podido salir de casa con ese minivestido, sin medias, taconazo y un abrigo (una mezcla de frío, no tengo piernas para eso y un mucho de «no aguanto los tacones para salir»). Para eso hay que ser Kate Moss, claro está.

Pero volviendo al tema y ya que os he puesto en antecedentes; cuando he rescatado al abrigo en cuestión del ostracismo, me he preguntado: ¿es el abrigo de leopardo un clásico imperecedero? ¿merece la pena comprarse uno? ¿se sigue llevando el leopardo? Así que cual guía de estilo, vamos a ir intentando responder a estas preguntas. O mejor dicho, me las voy contestando yo a mí misma mientras lo escribo.

Para ello (parece que he hecho una tesis), he recurrido a mi fuente de inspiración favorita: Pinterest. Y echando un vistazo rápido… y sí, el abrigo de leopardo es un «clásico» y aquí tenéis la prueba.

Vía 1 // 2 // 3 // 4 // 5 // 6 // 7 // 8 // 9 

Llegados a este punto… la siguiente pregunta es: vale, ¿y ahora qué? ¿el abrigo de leopardo está en las tiendas?

Pues también un positivo para esa cuestión. Sí damas y caballeros, parece que el abrigo (con tara) de Primark no está tan de capa caída como pensaba.

Abrigos fichados en 1 // 2 // 3 // 4 // 5 // 6 

A todo esto os confesaré que el abrigo en cuestión me costó 10 euros. Pero ojo, la tara que tenía era una manga mal cosida… así que cada vez que me lo ponía tenía que remangarme una manga porque una me llegaba a la muñeca y la «mal cosida» unos 5 centímetros por encima. Aún así me lo he vuelto a probar… y a ver, lo de las mangas seguro que a Kate no le pasa… pero a mí me hace el apaño. Al menos de aquí a rebajas – guiño, guiño-.

¡Hasta mañana!

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