Si eres de nuestro club, este post te interesa. Y si no, también, porque tanto ordenador y tanto móvil va a hacer que ya mismo lo seas (no es una amenaza, aunque lo parezca) . Que ¿de qué club? Pues del de los que ven menos que un ‘pescao frito’ o tanto como un ‘gato de escayola’, que decimos por aquí. Miopes del mundo, hipermetrópicos (no sabemos si existe el palabro) y fans del astigmatismo…uníos, porque ser un o una ‘gafas‘ ya no es tan malo. Vale que ser un gafa pasta últimamente está sobre valorado y el momento hipster ha ayudado a ello, pero nunca viene mal pensar en qué modelo puede ayudarnos más a tener un look molón. Vale que las muchachas que hemos elegido estarían guapas con las gafas del Señor Barragán, pero sirva como inspiración para las mortales de a pie.
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Empezamos por, quizá, el modelo más común. Las gafas de pasta cuadradas sientan bien a todo el mundo, tienen ese rollo intelectualoide a lo Woody Allen que siempre funciona. Desde las más grandes a las más pequeñas, negras o de carey. Sin duda una apuesta ganadora. Un pelín más arriesgada puede ser la propuesta de gafas redondas. Son complicadas, cierto, pero si consigues unas que vayan bien con tu cara… tienen mucho rollo.
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Y llegados a este punto, solo pueden faltar en nuestra selección las gafas retro o vintage: las famosas cateyes. No soy objetiva (las mías son así), admitimos su complicación para llevarlas con asiduidad, pero quedan taaaan bien y tienen tanta personalidad, que nos encantan.
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Aquí tres ‘cuatro ojos’ se despiden hasta mañana, con gafas y a lo loco. Mañana más… que llega la gran boda japo (no nos hemos podido resistir al spoiler).
¡Hasta mañana!