Y aunque lo pueda parecer por el título, no, no vamos a hablar de Risto. El post de hoy está dedicado al sofá más icónico de todos los tiempos: el Chéster. ¿Sabéis algo de su historia? Nosotras hemos hecho los deberes y hemos averiguado cosas como que fue creado a principios del siglo XIX para los elitistas clubes de caballeros londinenses. Al menos ese es el dato documentado porque la leyenda nos lleva al Conde de Chesterfield (de ahí su nombre) y su objetivo por tener un lugar donde sentar a sus amigotes lo suficientemente erguidos como para que no se les arrugasen los trajes impecables.
Vintage
Unas Dr. Martens, los 14 años y por fin viernes
Aún recuerdo la pelea con mis padres como si fuese ayer.
Celia (de los años 90): Para mi cumpleaños quiero unas Dr. Martens…
Padres de Celia: ¿Esas botas negras con la punta de hierro? Anda ya… pero si son muy feas.
Celia: ¡Qué va! A mí me gustan… valen 14 mil pesetas, igual es mucho, ¿mejor para Reyes?
Padres: Ni locos, si tú las quieres te las compras tú.
Después de mucho batallar (creo recordar) que durante más de un año… por fin llegaron las Dr. Martens a mi vida. Menos mal, antes las modas eran mucho más duraderas y te permitían soñar con una prenda durante año y pico… ahora cuando ya has ahorrado lo suficiente, ya han sacado las influencers otra prenda nueva que «súper quieres» y tú vida ya no tiene sentido. Los 15 años siempre fueron duros, en los años 90 y ahora.
Una vez que las tuve… creo que no me las quité durante todo 1º y 2º de BUP. Me las ponía con todo: vaqueros (eso sí, de corte recto, imitando a los 501 de Levis), faldas largas con rebecones gigantes, vestidos cortos de cuadros… (la serie Es mi vida de Claire Danes y Jared Leto me influyó mucho, ¿vale?). Eran mi tesoro, creo que me las ponía hasta en verano, que eso en un mes de julio o agosto en Málaga tiene mérito. Una vez pasada la fiebre, las guardé en una caja en el armario con mucho mimo y me dije a mí misma: «estas botas se quedan conmigo para siempre, con el trabajo que me costó conseguirlas…¿y si se vuelven a llevar?».
Y llegó el momento. Y la Celia adolescente que aún llevo dentro no para de asentir con la cabeza y decirle a la Celia de 34 años de ahora: «ves, te lo dije».
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Os confieso que he ya he sacado la caja de zapatos del armario de mi habitación de «Casa Padres» varias veces. Esas mismas veces me he vuelto a enfundar mis Dr. Martens y las mismas ocasiones he vuelto a dejar la caja en su sitio. No acabo de verme del todo, pero sé que esto se me acabará pasando… y aunque solo sea una vez, encontraré el día y el momento de volver a meterme en mis zapatos de los 14 años. Por falta de inspiración no será…
Y vosotros, ¿cuál es vuestra historia con las Dr. Martens? ¿Fuisteis también adolescente en los años 90?
Y sabéis lo mejor de todo… ¡que es viernes!
Novias vintage: inspiración años 20 de verdad «de la buena»
Adoramos ver fotos de bodas. Bueno, en realidad, adoramos ver fotos de novias. Y cuanto más antiguas mejor. La moda nupcial ha cambiado mucho, cierto, pero no solo nos atrapa eso. Nos hipnotizan las flores, las expresiones, las formas de posar, los adornos de las fotos… Y el post de hoy va dedicado a ellas. Novias vintage: inspiración años 20 pero de verdad de la buena. ¿Y eso qué quiere decir? Pues que hemos inundado las siguientes líneas de fotos de novias de los años 20… en blanco y negro.
Es curioso, los años 20 no es mi década favorita para inspirarme a la hora de vestir yo, pero sí lo es para pasarme horas y horas viendo la moda de la época. Me enloquece la forma que tuvieron las mujeres de esa década de romper con los establecido, enseñar sus brazos y piernas, cortarse el pelo y pintarse los ojos de negro. Y claro, si eso lo acompañamos de vestidos de novia… la mezcla no puede ser más perfecta.
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Adoramos los vestidos llenos de tul, los tocados y casquetes, la forma de ponerse los velos… Los encajes, la mezcla de vestidos cortos con velos largos… y hablamos ahora de novias atrevidas… el atrevimiento nos parece ¡esto!
Nos encantan sus miradas, la languidez bohemia de muchas de ellas… esas medio sonrisas de la época que hacen que nos esforcemos en imaginar cómo sería la vida de estas mujeres. ¿Qué pensarían ese día? ¿se casaban con el hombre al que realmente amaban? ¿era para ellas especial el día de su boda?
Y las flores, qué decir de las flores. El exceso de los años 20 nos enamora, esos ramos y esos adornos en forma de centros gigantescos sobre alfombras. Simplemente…¡ma-ra-vi-llo-so!
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Así que si queréis un traje de novia inspiración vintage y os gusta la década de los 20… no dejéis de indagar y bucear en ellas, en las mujeres que les tocó vivir en esa época y consiguieron dar un vuelco al mundo de la moda.
Seguro que a estas alturas ya has visto este vídeo, pero que pasa el tiempo y nos sigue pareciendo una hermosura. No podíamos acabar el post de hoy de otra forma… ¡Hasta mañana bonitista!
Vitrinas «de médico», de la consulta vintage a la casa
Gracias a series como Tiempos de Guerra (serie que recrea un hospital improvisado en la guerra del Rif a principios del s.XX), tenemos nuevos antojos decorativos (¿se nota que estoy buscando piso estos días y que no pienso en otra cosa? ¿sí? Ups). Y es que lejos de querer frivolizar con el tema, que la medicina es muy seria y afortunadamente ha evolucionado muchísimo, la decoración de las antiguas enfermerías y hospitales ha trascendido más allá del fin que tenían esas piezas y de las épocas. Pero hay un objeto que nos enamora por encima de todos: la vitrina «de médico»… amor total.
Fotograma de Tiempos de Guerra de Antena 3. Ojo a las camas, los muebles auxiliares y la vitrina del fondo.
La vitrina «de médico» no es otra que la clásica vitrina blanca, de metal o madera, con grandes cristaleras. Liviana y con estanterías también de cristal, ¡una auténtica maravilla! Nos encanta tanto para baños, para ropa blanca o llena de adornos en la sala de estar. Si no sabéis del «rollo» del que os estamos hablando… tomad nota.
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Afortunadamente, para nuestra tranquilidad (y la de nuestros bolsillos)… hace no mucho, Ikea sacó una vitrina que da bastante el pego. Lo ideal sería buscar por mercadillos vintage una vitrina real de comienzos de siglo, pero seguramente solo esté al alcance de muy pocos. La de Ikea no es barata,pero calma la ansiedad decorativa que tenemos por esta pieza.
¿Qué os parece? ¿Sería una pieza que tendríais en casa?
Flechazo total…¡no nos da la vida!
Una casa vintage en el campo y con toques de amarillo
Hace pocos días publicamos un post en el que hacíamos una oda a las «sillas Emmanuelle» y buscando fotos inspiradoras nos cruzamos con una casa. Una casa que nos gritó: «vive en mí y si no puedes… dedícame un post! Palabrita que la casa nos gritó eso mismo. La vivienda en cuestión es de la fundadora de Stockroom Vintage, Elizabeth Ulrich-Fanguy, una muchacha con mucho buen gusto, mucho estilo y mucho americana (espero que nos permitáis el chistaco). Se trata de una granja de 1900 restaurada en la que no faltan los clásicos, las piezas vintage, los toques en amarillo y unos muebles que son para llorar de emoción y de bonitos.
Lo de las mesitas de noche columpio lo vemos igual de mono que de incómodo. Si mi móvil ya muchas noches hace puenting desde la mesilla de noche con cuatro patas, no me quiero imaginar el «disaster», pero admitamos que bonitista es un rato.
Ahora llega la cocina, que es nuestro punto débil. Obviamente una cocina así es difícil de conseguir a la par que complicado de mantener, básicamente por el suelo de madera. Qué madre (de las nuestra) no se quejaría de un suelo así… la mía tiene que ser para escucharla. Pero eso sí, nos quedamos con los muebles blancos, la mesa de madera desgastada en el centro, los platos vintage colgados de la pared y la pequeña estantería con botes de libros.
Y terminamos este recorrido por el baño (amor) y el estudio. Qué nos gustan los baños que no lo parecen… y los muebles amarillos.
Esta maravillosa casa la encontramos en el blog Découvrir Desing, donde podéis encontrar más fotos.
¿Qué os parece? ¿Os gustan este tipo de casas vintage? ¿El suelo de madera en la cocina os produce los mismos sentimientos encontrados que a nosotras?
Ainsss, que ya es miércoles último día del mes y ya huele, y mucho, a verano… al menos por Málaga. ¿Qué tal por vuestras ciudades?
Besotes y hasta mañana.