El post de hoy no tiene otro objetivo que sacar sonrisas. La mitad de la semana se hace cuesta arriba, necesitamos vacaciones y ya nos cansamos de ir ‘tupper’ para arriba, ‘tupper’ para abajo. Comer en la oficina tiene su parte buena: ganas tiempo, haces vida social con los compañeros, puedes comer más sano y barato… pero no nos engañemos, como en casa en ningún sitio. Así que hoy hacemos una homenaje a todos aquellos que van en el metro, bus, coche, bici… con su bolsa isotérmica al hombro y sus filetes de pollo tristes con los vasitos de arroz. A todos ellos, ¡aplausos! Y es que desde que conocimos el Bento, a nuestra fiambrera ya no la miramos igual. Somos las mayores ‘fanses’ de este invento que es como el ‘tupper de toda la vida’ pero bonitista. El Bento nació como porciones individuales de cajitas de comida para llevar y los japoneses (¡cómo son!) cosa que hacen… cosa que elevan a la categoría de obras de arte. A nosotras nos hacen mucha gracia y la cara de estos animalitos de arroz no sólo ilusionan a los menores de 5 años. Nosotras tenemos algunos más y nos rechiflan.
Vale. ¿Quién se pone a prepaparse su cajita de Bento por la mañana con la hora pegada o la noche antes cuando llegamos muertos? Ni Rita, pero sirva este post para cuidar nuestros platos, aunque sean de ‘tupper’, y hacer de la rutina una sorpresa. Si los preparamos para los demás, seguro que le alegramos el día y si es para consumo propio… oye, no está nada mal eso de sacarnos una sonrisa a nosotros mismos.
En la red hay miles de imágenes de Bento, nosotras hemos sacado estas fotos de este Tumblr (y quién sepa como se pronuncia… tiene premio). ¡Hasta mañana bonitistas!
Ojalá tuviera la paciencia para prepararme esas bonituras y no los platos preparaos sacados del congelador que me llevo a diario!!