Para muchos, entre los que me encuentro, ayer fue fiesta. Y cuando te cuelan un festivo en medio de la semana, tu mente se dispersa (más). De repente tienes un miércoles que se convierte en viernes y un jueves que por arte de magia se convierte en domingo. ¿Y qué pasa con este trastorno de días? Que las personas que son un despiste personalizado como yo olvidan las cosas importantes, como por ejemplo, que el viernes real te toca escribir el post. Y por eso señores hoy no hemos tenido post hasta ahora. Como diría aquel señor tan campechano: «Me he equivocado, ha sido un error, no volverá ocurrir». 

Así que para intentar solventar mi error, he decidido compartir con vosotros una buena tanda de cosas bonitas para empezar con ganas (de nuevo) el auténtico fin de semana.

1. Cómprate unos zapatos nuevos. Aunque pienses que no, sí, definitivamente los necesitas. Nosotras estamos enamoradas de estos de Kling (algún día serás nuestros).

2. ¿Algún evento especial? Mira qué idea estos globos llenos de confetti. El confetti siempre es bien y los globos también.

3. El fin de semana puede ser largo si no tienes resaca. Así que dedícalo a algún DIY, a nosotros este nos parece de lo más resultón y además sirve para poner fin al misterio de las horquillas que desaparecen.

4. Enamórate. Por ejemplo, de estas cabezas de animales que son amor del duro.

5. Llega hasta donde quieras. Igual necesitas una escalera tan bonita como ésta y si no sabes qué hacer con ella, échale un vistazo a este post. 

Lo dicho, dos fines de semana trastocan un poco, pero vienen fenomenal. ¡A por el segundo bonitistas!