La moussaka es una de nuestros platos favoritos. De hecho, hablar de moussaka es vernos tomando unas cerves en la terraza de un restaurante marroquí/mediterráneo que hay en Málaga y que hace una de las mejores. Pero ya sabéis, desde que empezamos el año, nos hemos tomado un poco más en serio esto de la alimentación: menús semanales planificados, intentar eliminar algunas grasas de la dieta, un poco de ejercicio y comer más fruta y verdura. Nada de dietas… simple y llanamente comer mejor. Así que pensando y pensando en cómo reproducir este plato, clásico de la cocina mediterráneo y griega, hemos dado con la receta perfecta de la moussaka ligera. Así que sacad al Master Chef junior que lleváis dentro y apuntaos la receta. ¡Buenísisisima!
Para dos o tres raciones necesitaréis lo siguiente:
- 1 berenjena hermosita
- 1 cebolla
- 1 zanahoria
- 2 ramitas de apio
- 180 gr. aproximadamente de carne picada de ternera (puede ser pollo, cerdo, atún o incluso obviar todo esto)
- Una lata de tomate triturado sin freír, si es natural mejor que mejor
- Un poco del queso que más os guste para el gratinado
1. Empezaremos picando bien toda la verdura. En una sartén con el aceite justo (unas dos cucharadas) comenzamos poniendo la cebolla, la zanahoria y el apio.
2. Cuando ya esté todo bastante pochadito, añadimos la carne y esperamos a que pierda el color rojizo y elimine el agua que desprende.
3. Justo después añadiremos el tomate triturado. En realidad hasta aquí lo que hemos hecho es lo más parecido a una salsa boloñesa y el truco está en dejar freír todo bastante rato y a fuego muy lento. Podemos tapar la sartén y un truco de abuela: el tomate estará listo cuando consiga saltar hasta la tapadera. Cuando ésta esté manchada, ya tendremos nuestra salsa.
4. Mientras se va haciendo esto, cortamos en lonchas finitas nuestra berenjena. Yo intenté hacerlo de forma longitudinal con al mandolina y fue un poco fail. Lo mejor es hacer rodajas, las remojamos en agua con sal para que pierdan el amargor. Cuando las tengamos, las ponemos en un recipiente apto para microondas (yo lo hice en dos veces) y las tapamos con papel film, también apto para micro. Y las metemos durante 3 minutos y medio (dependerá de vuestro cacharro) hasta que estén blanditas (que no se deshagan). Más o menos como en la foto.
5. Cuando ya lo tengamos todo, solo queda empezar a montar. Iremos poniendo capas de nuestra salsa y las berenjenas y así hasta que se nos acabe todo.
Para acabar, pondremos el queso por encima y a gratinar unos minutos en el horno…¡listo!
Como ya os enseñamos por Instagram, ésta fue la comida que hicimos el domingo… eso explica el molde en forma de corazón <3 Animaos a hacerla, de verdad, pensad que nos hemos ahorrado los fritos, la bechamel y la cantidad industrial de queso… que sí, que está riquísimo, pero ésta puede ser una opción bastante saludable.
Esperamos que os haya gustado y nos vemos por aquí mañana, familia.
¡Qué rica! No había probado a meterle tanta verdura. Tomo nota para probarlo 😉
Sí, Sara, pruébala, no te vas a arrepentir 😉