Si ya hemos pasado por la «golondrinamanía» y la «flamencomanía», el siguiente ave en cruzarse en nuestras vidas tenía que ser el cisne. ¿Qué tendrán estos pajarracos? Ay, la culpa de todo la tiene Björk, que en el fondo fue una visionaria: la muchacha salió de esa guisa en la alfombra roja, todo el mundo la puso verde pistacho pero después tenemos su modelazo se ha convertido en disfraz recopieteado hasta la saciedad. Pero volviendo a lo que nos ocupa… Hoy amiguis, tenemos un post de cisnemanía (no confundir con la revista) y afirmamos sin miedo a equivocarnos que los cisnes son los nuevos flamencos, hemos dicho.
Conste que los cisnes siempre han tenido un punto hortera. No hemos hecho una tesis doctoral al respecto, pero creemos que tanta figura de cisne en cristal y tanto usarlo para bodas azucaradamente rococós le han hecho un flaco favor a los pobres pajarillos. Pero últimamente los vemos por cada vez más sitios… y lo mejor: ¡nos encantan!
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¿Qué todavía no habéis empezado a ver cisnes por todas partes? Pues sentimos deciros, que a partir de ahora los veréis por todos sitios… ¿Os unís a la cisnemanía? ¡Hasta mañana!