Sin entrar en debates lingüísticos sobre por qué lo llaman entretiempo en lugar de entre-estaciones, estamos en un momento complicado a la hora de vestirse. Este frío-calor (frilor) nos lleva a vivir una suerte de carnaval, en el que creemos que podemos llevar cualquier prenda que tenemos en el armario, da igual la estación a la que pertenezca. Lo bueno es que no estamos solas.
Estamos todas igual de perjudicadas y confusas que tú. Y ya se sabe, mal de muchos, consuelo de todos. Sólo es necesario echar un vistazo alrededor para ver la locura a la que el calendario nos somete: abrigos conviven con sandalias, vestidos de veranos coquetean con leotardos, ¡qué viva la fiesta! Pero no, no todo vale, hay que poner un poquito de orden y sentido común. Y aunque el orden y el sentido común no son precisamente lo que más me caracteriza, aquí estoy en un intento de escribir una guía bonitista de cómo sobrevivir a este entretiempo sin perder la dignidad (la que nos quede).
Ilustración de Laura Pacheco.
La técnica de la cebolla
En general es una técnica, que, especialmente en Madrid, viene bien para cualquier época del año. Vístete a capas, pero ojo, sin abusar (ver gif abajo). Ahora mismo con tres vas más que cubierta. Nuestra recomendación: chaqueta + rebeca + camiseta / vestido (si eres de las que resisten el frescor en las piernas). No hay fallo.
La chaqueta, tu más mejor amiga
Vaquera, de cuero (sí, la famosa chaqueta amarilla de Zara también vale), tipo parca o gabardina. Tienes una en el armario esperando su momento de gloria y que es perfecta para no desentonar. Pero por favor, aún no saques el abrigo. Queda mucho otoño e invierno para disfrutarlos, no seas impaciente.
Ilustración de Moderna de Pueblo.
¿Y ya me puedo poner medias?
Esta teoría no sé si la he leído o es invención mía, pero para poder contestar esta pregunta y tomar una decisión irreversible, sigue la regla de las 5 personas. Tienes que ver a 5 personas con medias y entonces tú podrás ser la siguiente. Pero deben ser 5 personas que te cruces por la calle. No valen compañeros de trabajo (sería una muestra no aleatoria) ni tus amigas. Cinco extrañas con medias por la calle. Y mientras eso pasa y no quieres ir con las piernas al aire, siempre puedes recurrir a los leggins.
¿Y con los pies que hago?
Calcetines con sandalias no. A partir de ahí, vamos bien. Es probable que ya haya llegado la hora de decir chao pescao a las sandalias mientras escuchas este temazo del Duo Dinámico. No sufras, volverán. Ahora aprovéchate de tus zapatillas de tela que todavía no se mojan, las bailarinas sin que se te hielen los pies o tus deportivas favoritas. ¿Y las botas? Podemos hacer la vista gorda si sabes combinarlas a lo vaquero con un vestido veraniego.
Hasta aquí nuestra guía, que como siempre debe consumirse con humor, que es el único imprescindible de cualquier estación. Se aceptan consejos para no liarla parda.
¡Feliz martes!