Hay tantas cosas amarillas.
Algunas cartas antiguas que cantaba Nino Bravo.
La canción de Coldplay que nunca más bailaré.
Un helado de limón que sabe a verano.
El sol cuando brilla.
Mi ukelele que aún no sabe sonar.
Una ventana que se abre.
La yema de un huevo frito.
Y las patatas.
Con un poco de mostaza, mejor.
Una sombrilla a rayas.
Y una pelota de playa que se pierde despacio,
mientras alguien la mira bajo un sombrero de paja.
Un pato de goma esperándote en la bañera para jugar.
Plátanos, piñas, maíz. Ensalada tropical.
Siete chupitos de limoncello sin pagar.
Un smiley y un minion que te hace sonreír.
El canario de tu abuelo que nunca dejaba de cantar.
El taxi de Nueva York que dejé escapar.
Un paraguas amarillo, que alguien encontrará.
Hay tantas cosas amarillas.
Pero sobre todo hay un 💛 corazón amarillo 💛,
que ha llenado Instagram.