Admiro la paciencia de mi padre. La paciencia para enfrentarse a un montón de objetos sin forma y dársela, y que sea bonito y que se note que lleva cariño a raudales. Ahora lo llamamos DIY, pero para él son ‘detalles hechos a mano’. Siempre se le ha dado bien hacer lo que se proponga, desde que aprendió a encuadernar de forma artesanal… papel que toca, papel que convierte en objeto único.
Tarda horas, personaliza portadas, dibujos del papel, guardas… y además esconde flores secas entre las páginas. Un auténtico tesoro en forma de libro en blanco. Cómo se nota que soy su mayor fan y que no voy a conseguir ser objetiva, os dejo con las fotos de sus últimas creaciones.
Oh, Celia, felicita a tu padre y dile que estoy llorando de ver sus cuadernos preciosísimos. Debo confesar que mi escritora interior (que es muy tímida y todavía no ha salido de su cascaroncito), me hace coleccionar todo tipo de libretas (a cada cual más bonita), con la ilusión de poder rellenarlas algún día con la obra literaria revelación del siglo XXI. Todas las de tu papi irían directas a mi colección!!
¡Muchísimas gracias Reme! Es un manitas y todo destila mucho cariño, son unas libretas ideales. A ver si lo animo para que se monte su tiendita :p
Pues conmigo se iba a hacer rico…
Qué chulada!