No es la primera vez, ni tampoco será la última (amenaza), que os decimos que el color mint tiene un rinconcito privilegiado en el corazón bonitista. Y aunque por sí mismo es una maravilla, no queríamos verlo tan solito, así que nos hemos puesto a jugar a buscarle la mejor «novia», en lo de colores se refiere. Como estamos ya con el chip del verano activado (tiempo, pórtate), hemos decidido apostar en esta primera entrega de «Quién quiere juntarse con mi Mint» por el amarillo y cuánto más ácido mejor. ¡Qué viva el fluor!

Mint y amarillo, véamos cómo puede funcionar el romance:

Completando un look basado en el mint más pastel con un toque de color te llena de energía. Puedes hacerlo contrastando prendas o a través de los complementos.

En la casa también molan, una mezcla ideal para las habitaciones de los bebes, cocinas o para complementos como cojines, colchas o vajilla.

En un fiestón, ya sea un cumpleaños, un bautizo, un bodorrio o un babyshower la mezcla queda genial. Usándola para decorar con pompones, guirnaldas o en la propia decoración de la mesa.

Y donde esta mezcla es ganadora es en los bodorrios. Está muy de moda (sobretodo en Yankilandia) y no nos extraña porque es que dan un  toque atrevido, poco cursi, pero dulce al mismo tiempo y sale un poco de los colores habituales a los que estamos acostumbrados. Si alguna novio/novia futuro está leyendo este post y quiere esta paleta para su boda, ¡que hable ahora, que nosotras le tenemos muchas ganas a esta mezcla!

Estas son sólo unas referencias de ver cómo se llevan mint y amarillo, nosotras creemos que se hacen ojitos. Quién sabe si puede ser el inicio de una bonita amistad…

¿Qué os parece esta mezcla de colores? ¿La véis ganadora de «Quién quiere juntarse con mi mint»?