Soñar es gratis, ya lo sabéis. Y parafraseando a la (gran) Vecina Rubia: ya nos podría subvencionar el gobierno las películas que nos montamos en la cabeza . Porque así tendríamos dinero para fletar varios camiones y hacer la mudanza a la casa de nuestros sueños ahora mismo, sin ir al oficina ni nada. Casas de nuestros sueños hay miles, tantas como suelos bonitos, mesas de madera y macetas con cactus (y metros cuadrados, que de eso las nuestras escasean).
La decoración con toques vintage, las plantas, el sofá (un tuneado de Ikea) y la cocina son nuestros favoritos de esta casa bonitista cien por cien.
Los toques de madera, la bola del mundo, los cristales de las puertas… una casa preciosa a la que nos podríamos ir desde ya.
¿Quién sueña por ahí con mudarse a una casa bonitista? ¿Visualizáis ya, como nosotras, el camión de la mudanza?
¡Hasta mañana bonitistas!