Muchas veces hemos declarado nuestro amor al estilo de industrial, que no deja de pasar de moda. Lo cierto es que ninguna de nosotras vive en New York en un loft que antes era una antigua fábrica de carretes. Nos tenemos que conformar con viviendas más discretas. Si a ti te pasa lo mismo y quieres darle un toque industrial a tu hogar, hemos encontrado la solución: paredes sin acabar.
Este efecto es un gran aliado para crear ese toque industrial en cualquier rincón. Empecemos por el salón. Ya sea como el cemento liso o con un ladrillo visto. El efecto ya está ahí. Muchos llaman a esta tendencia dirty-chic, y mira, nos ha gustado el nombre.
La perfección no está de moda. Quizá sea el resultado de la influencia de la filosofía wabi-sabi, una palabreja japonesa que defiende una visión estética basada en «la belleza de la imperfección». Un gran ejemplo son las paredes de estos salones.
Pero estas paredes sin acabar, con ese toque imperfecto no son sólo para el salón, nos sirve también para otras habitaciones como los dormitorios.
Y quien dice dormitorio, también dice cocina. Nos da la sensación de estar cocinando en esa casa del pueblo que se mantiene en pie por encima de los años y el olvido. Todo con un toque de modernidad.
Si te gusta este efecto pero ves un poco demasié aplicarlo sobre toda la casa, puedes usarlo para crear rincones super personales.
Por cierto, si tienes una pared de ladrillo visto en casa, te odiamos un poco, pero solo un poco.
¿Qué os parece el efecto de estas paredes? ¿Abrazáis lo imperfecto o preferís una buena mano de pintura?
¡Feliz miércoles imperfecto!