Y ya veníamos de quererlo con muchas ganitas en 2018. A nosotras, que somos niñas de los 80´s y mozas de los 90´s, automáticamente se nos viene a la cabeza aquellos cordoncitos negros que llevábamos pegados al cuello con letras plateadas con nuestro nombre…¿quién las recuerda? Obviamente, el rollo se ha refinado mucho… porque de ahí pasamos al mitiquísimo collar de Carrie (Bradshaw) y de ahí a la inicial en todos los tamaños y formatos.
collar
Choker, el collar pegado al cuello de toda la vida a debate: ¿sí o no?
Hoy venimos con un post polémico, uno de estos en los que necesitamos que os mojéis y saquéis al jurado de OT que lleváis dentro. Empecemos diciendo que sabemos que no vamos por delante de la moda, que no somos unas visionarias y mucho menos unas fashion de la vida. No. Así que la tendencia de la que vamos a hablar hoy tiene un tiempo y somos conscientes de ello, pero quizá no ha sido hasta este invierno cuando hemos sido conscientes de tu extensión.
A mí casi me da un patatús cuando un día estas navidades empiezo a ver a jovenzuelas por la calle con el collarito negro en forma de enrejado que me trajeron los Reyes allá por finales de los 90´s. ¿En serio? ¿De verdad? – pensé para mis adentros. Y casi me caigo de espaldas cuando no solo veo a una, si no a mil chicas… ahora no paraba de verlas. ¿Pero qué ha pasado? Es verdad que se llevan los 90´s, pero ¿hasta este punto? Pues sí, true story.
El collarito en sí que muchas igual tuvisteis, se llama choker o más bien el estilo de collar pegado al cuello. A ese sumadle el famoso cordón negro… – ¿quién se acuerda por ahí? – con el colgante que fuese (yo quise un año uno con el símbolo de Héroes del Silencio, mi época «rockstar» duró poco. Si Bunbury nos lee, un saludo cariñoso). En definitiva, la gargantilla noventera ha vuelto y nosotras tenemos un dilema. ¿Estamos ya para estos trotes o no?
Como siempre, lo mejor es verlo puesto y antes de lanzaros cual Risto a los brazos de la negativa y decir aquello de «ni loquer», vamos a ver sus diferentes posibilidades y ahora lo decidimos. Choker sí o choker no, esa es la cuestión (y eso que es miércoles).
Empezamos por la versión más noventera, choker sin piedad, a modo enrejado juvenil, cordón negro o el clásico lazo de tela o de terciopelo. Tenemos que admitir que en algunos casos queda hasta bien, yo diría hasta que muy bien.
Fichadas en 1 // 2 // 3 // 4 // 5 // 6 // 7 // 8
Seguimos con una versión algo más rebajada pero no por ello menos arriesgada. Qué ocurre si mezclamos el choker con otros collares a modo cadenita. Éste es el resultado y vuestro el veredicto final.
Fichadas en 1 // 2 // 3 // 4 // 5 // 6
Y terminamos con la versión más light del choker, más bien no sé si le puede llamar así. De hecho, es tendencia desde hace varias temporadas pero es que como si le quitásemos un par de dedos a nuestra cadenita habitual. Como si apretase en el cuello, así, bien pegadita. Esa es la idea.
Entonces, redoble de tambores… choker ¿sí o no? Volvemos a nuestra más tierna infancia o adolescencia (depende del caso) y nos volvemos a poner la dichosa gargantilla o dejamos la tendencia de rabiosa actualidad para los jóvenes milenials .
Qué empiece el debate…
Nos vemos mañana por aquí.