Por qué seguimos pensando en la boda de Harry y Meghan explicado en gifs

Casi una semana ha pasado ya y aún seguimos suspirando con la boda de Harry y Meghan (como si fuesen coleguis), al igual que medio mundo. No vamos a ser nada originales si decimos que la «Royal Wedding» va a ser uno de los enlaces de la década, pero es que por más que nos fijamos en los detalles… más nos parece un acontecimiento donde brilló el amor, la frescura y la simpatía, por encima de otras cosas y hasta donde el protocolo dejó. Nosotras hemos visto más allá del cuento de la chica que se convierte en princesa, así que nos vamos a atrever a resumir la «boda del momento» con gifs, a ver qué tal nos sale.

La boda mola por… este niño. Nada más verlo en TV, ya supimos que ese día iba a ser algo grande. Un sarao sin un careto de estos, no es un sarao que se precie por muy royal que sea uno. Esa mella, esa risa, ese pelo… chaval, molas mucho y aunque te veas en unos años y mueras de vergüenza, ¡fuiste el protagonista de uno de los momentos más esperados de la boda! 

La boda mola porque… fue feminista. Así se ha declarado Meghan, más de una vez, y así creemos que se dejó ver en sus gestos. Nos gustó que entrase sola a la iglesia, nos gusta que tenga más de 35 años, nos gusta que venga de una relación anterior (y lo haya contando sin tapujos)…¿se nota mucho que nos gusta mucho ella? Y este, este es un momentazo.

La boda mola por…la madre de Meghan. Que también fue sola, que acompañó a su hija en todo momento (también con la mirada y con una mirada cómplice) y que lució su pendiente en la nariz. No dejó de ser ella tampoco en el peinado y eso que, como cualquier hijo de vecino, no tiene que ser sencillo verte de repente en ese berenjenal. ¡Brava!

La boda mola porque… la iglesia era ideal. Pero por favor… si nos casamos algún día que sea en un sitio con lamparitas como estas. Si no es con esa iluminación, no me caso, y punto.

La boda mola por… momentazos como el del coro góspel. La boda en sí fue un ejemplo de integración racial maravilloso, de interculturalidad y de intercambio de costumbres. Y la cara de este señor bien merece que lo saquemos en este post.

La boda mola por… Harry arreglando el velo a Meghan. ¿Alguien no se murió de amor al ver este gesto? Siempre hemos sido muy fans de los barbudos pelirrojos, palabrita, pero ahora necesitamos uno en nuestra vida mucho más. Ay Harry, que cuando éramos pequeñas nos gustaba más tu hermano, ¡qué equivocadas estábamos!

La moda mola porque… somos muy fans de Suits. Si aún no estáis viendo esta serie (Netflix) no sabemos qué estáis haciendo con vuestra vida. La serie cuenta la vida de un bufete de abogados de NY y es entretenida al máximo. Meghan es Rachel en la serie y nos representa en muchas de la situaciones que se crean… eso sí, las faldas de tubo y los tacones le quedan mucho mejor que a nosotras…

La boda mola por… David. Por Beckham y por su traje. Ha pasado una semana y todavía nos entran sudores al ver a este señor (y su traje impecable) entrando a la iglesia (con Victoria). Nos da la sensación de que en esto, hay unanimidad (mundial).

Pero por encima de todo, la boda mola por… miradas como esta. Esperamos que la relación les dure toda la vida, pero si no…el tiempo que estén habrá merecido la pena por esta forma de mirarse.

¡Qué viva el viernes y qué viva el amor!

Hasta el lunes.

5 cosas que vamos a echar de menos de OT17

Por fin viernes y nuestro cuerpito lo sabe. Nos hemos levantado con una alegría, con unas ganas de finde, con una locura interna por saber que esta noche cuando nos metamos en la cama no habrá despertador en el móvil… Alegría de viernes de la buena, happines en estado puro pero…Oh Wait! Una cosica que se nos viene a la cabeza right now… ¿El lunes cuando volvamos al trabajo con cara de lunes ya no habrá OT por la noche? ¿Ya no volveremos a irnos a la cama los lunes a las mil porque no nos podemos mover del sofá? Esto es el fin de una era. Lloramos como Geno.

Así que hemos decidido despedirnos por todo lo alto y cerrar una etapa (y nuestras corazones) con 5 cosas que vamos a echar de menos de OT17 y que os vamos a contar con gifs, que siempre le dan calidad a la película.

1. Vamos a echar de menos sentirnos conectadas con la jovenzuela que llevamos dentro.

Porque sí amiguis, la Auxi, la Rocío y la Celia de 2001, además de llevar pantalones imposibles y pendientes de aro de colores, fueron seguidoras de Operación Triunfo 1. Porque soñaron, con sus flamantes 17, encontrarse por las calles de su ciudad con un Alejandro Parreño (true story) o Manu Tenorio que les cantase solo para ellas. Ahora, 16 años después y con más… experiencia vital (dejémoslo ahí) nos hemos vuelto a enganchar como auténticas primerizas en esto del amor catódico.

2. Vamos a echar de menos vivir cada lunes una historia de amor.

Porque aunque por encima de todo ha estado la música, cantada o tocada, los vibratos y las colocaciones de laringe (¿mande?), nosotras hemos vivido cada lunes una historia de amor por capítulos. Ha sido como un libro de Elisabeth Benavent pero sin escenas guarrindonguis. Lo de Amaia y Alfred ha sido de otro planeta y hemos caído en las garras del enamoramiento y de los vídeos 24horas en Youtube. – Vosotros: Pero a ver bonitistas, no tenéis 34 años cada una… – Nosotras: Sí. Y Celia camino de los 35. Pero solo podemos contestar con un «volver a leer el punto 1».

3. Vamos a echar de menos aprender nuevo vocabulario.

Sin duda «shippear» ha sido la palabra del momento. Gracias a la combinación tormenta perfecta de programa de TV los lunes, canal 24h de youtube, los perfiles de IG de cada uno de los concursantes y twitter… nos hemos convertido en la María Moliner del vocabulario millennial y posteriores. Sin olvidar por supuesto a las palabras inventadas (como si Shippear llevase toda la vida en el diccionario) tales como «Aipeda» y «Almaia». Nos ha calado tanto que nos hemos creado las nuestras propias y estamos por hacernos un azujelo para la entrada de la casa que ponga eso de …»En esta casa vive Miguelia» (el azulejo para darle el toque viejuno que en realidad tenemos). Así que todo lo que hemos aprendido bien anotado…que el futuro nos pille bien instruidas.

4. Vamos a echar de menos las ojeras de los martes. 

Vale, en realidad no. Y aquí viene la crítica, que está muy bien eso del happy happy que es viernes, pero hasta aquí hemos llegado televisiónespañola (así, todo junto). ¿Cómo puede ser que un programa familiar acabe de madrugada? ¿Con qué cara nos plantamos en la UE diciendo que queremos ser europeos con eso de la racionalización de horarios si el programa estrella de la televisión pública acaba pasada la 1 de la mañana? Ay no, si esto se vuelve a repetir, esto hay que mirarlo. Vale que las formas de consumir televisión han cambiado y con ello… ¡qué tire la primera piedra el que cuando llegaba al trabajo se ponía a repasar la gala los martes (desde el punto en que se quedaba frito)! Muy mal, televisiónespañola con los horarios, muy mal. Nosotras los martes yendo al trabajo:

5. Vamos a echar de menos el grupo de WhatsApp de los amigos «triunfers».

Seguro que como mucho de vosotros, desde que comenzó Operación Triunfo nos creamos un grupo de WhatsApp para comentar las galas. Con lo mejorcito de cada casa, cada lunes hemos ido desgranando punto por punto las galas y las actuaciones. Todos los miembros del grupo, con nuestra gran experiencia y recorrido como jurados de talents show, hemos sacado al Risto que todos llevamos dentro para puntuar, puntualizar, reír y llorar con cada uno de los programas. Porque así somos, en comunidad todo se vive mejor y la distancia Málaga-Madrid se nos ha hecho un paseo cada lunes por la noche. Amiguitos: os vamos a echar menos. Así que os proponemos desde esta ventana al mundo seguir comentando en ese grupo el programa de Cárdenas (OMG), el telediario o First Dates… lo que haga falta. Confesión: el grupo se llama «Operación Cepeda».

 

Por favor, decidnos que habéis vivido OT17 como nosotras, contadnos si sois de Amaia o de Aitana y si veis futuro en el proyecto Aiteda. Si Alfred os ha robado el corazón, como a nosotras, también nos lo podéis contar, no somo celosas. Si no sabéis de lo que estamos hablando… no tengáis en cuenta este post y prometemos que el lunes volvemos con otra cosa. Palabrita.

¡Feliz fin de semana!

Reflexiones por mi cumpleaños en forma de gifs

Hoy es mi cumpleaños. Aplausos. Alborozo.

Me gusta celebrar mi cumpleaños, desde siempre, desde que tengo memoria. Me gusta eso de estar una semana antes recordando a todo el mundo que cumplo años el día 25, me encanta preguntarle a los míos eso de «¿qué me vas a regalar?» con vocecilla tierna. Me ilusiona mi cumpleaños y la verdad, no quiero que esa sensación se me pase nunca.

Y digo esto, mientras horneo (en mi mini horno, de mi mini cocina) un bizcocho para llevar mañana a mi trabajo y desayunar. Es cierto que ha habido veces en que no he llevado nada, va por rachas, pero este año me he dicho… ¡bah, tonta!, no hay nada especial que celebrar y es cierto, pero qué mejor excusa que cumplir 34 años. Y lo admito, son más las ganas de notar desde por la mañana que es un día especial que porque necesite felicitaciones y abrazos.

34 años que si no fuese porque este lunes viendo OT 2017 me sentí la más vieja del país (¿cómo que había gente que cuando se emitió OT 1 tenía un año? ¿Pero eso cómo va a ser? WTF!!!), no lo notaría en absoluto. Lo cierto es que en mis cumpleaños del comienzo de la veintena me veía a mi misma por estas fechas con otra vida, no sé, pensaba que sería «mayor». Al menos que tendría un horno y una cocina en condiciones. Pero no, no tengo boda, ni hijos ni piso en propiedad, o al menos todo eso que pensamos que deben tener los adultos. En mis cumpleaños del final de la veintena…fui acercándomemás en mis pensamientos futuribles a «lo real» .

Más allá de lo que la sociedad, mi entorno y yo misma esperábamos de mí con 34 años, yo quiero seguir soplando cada una de las velas de la tarta. Invitar a mis amigas a unas cañas y a un trozo de tarta, poner una guirnalda en casa y autoaplaudirme cuando alguien acabe de cantarme Cumpleaños feliz. Esa es la principal reflexión de hoy. ¡Ea!

La chapa que os estoy echando hoy es solo para recordaros que celebréis, que lo celebréis todo, santos, cumpleaños y aniversarios. No sé si llamarlo pena, pero me da mucho «sentimiento» escuchar a mi alrededor eso de «no, yo en mi cumpleaños no suelo hacer nada». Celebremos, con velas de las de número de las clásicas rayadas de colores, pero siempre, siempre…¡soplemos las velas!

¡Qué tengáis un miércoles fantástico!

Nos encantará saber cómo os gusta celebrar vuestros cumples, ¿sois de velas y tarta en la intimidad o de celebración con amigos? ¡Contadnos!

Ah, por supuesto… se admiten felicitaciones. ¡Hasta mañana!