Reconozco que me da mucha ternura ver a alguien por la calle con un ramo de flores. Y cuanto más joven o más mayor es la persona en cuestión, más me emociona. Y sí, normalmente son hombres porque las mujeres no regalamos flores, ni bombones ni nada con corazones. Una regla no escrita auspiciada por los roles de género y lo que se considera femenino y masculino. Pero bueno, ese es otro debate, vamos al turrón que hoy es 14 de febrero y es San Valentín. Leer más
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Por qué seguimos pensando en la boda de Harry y Meghan explicado en gifs
Casi una semana ha pasado ya y aún seguimos suspirando con la boda de Harry y Meghan (como si fuesen coleguis), al igual que medio mundo. No vamos a ser nada originales si decimos que la «Royal Wedding» va a ser uno de los enlaces de la década, pero es que por más que nos fijamos en los detalles… más nos parece un acontecimiento donde brilló el amor, la frescura y la simpatía, por encima de otras cosas y hasta donde el protocolo dejó. Nosotras hemos visto más allá del cuento de la chica que se convierte en princesa, así que nos vamos a atrever a resumir la «boda del momento» con gifs, a ver qué tal nos sale.
La boda mola por… este niño. Nada más verlo en TV, ya supimos que ese día iba a ser algo grande. Un sarao sin un careto de estos, no es un sarao que se precie por muy royal que sea uno. Esa mella, esa risa, ese pelo… chaval, molas mucho y aunque te veas en unos años y mueras de vergüenza, ¡fuiste el protagonista de uno de los momentos más esperados de la boda!
La boda mola porque… fue feminista. Así se ha declarado Meghan, más de una vez, y así creemos que se dejó ver en sus gestos. Nos gustó que entrase sola a la iglesia, nos gusta que tenga más de 35 años, nos gusta que venga de una relación anterior (y lo haya contando sin tapujos)…¿se nota mucho que nos gusta mucho ella? Y este, este es un momentazo.
La boda mola por…la madre de Meghan. Que también fue sola, que acompañó a su hija en todo momento (también con la mirada y con una mirada cómplice) y que lució su pendiente en la nariz. No dejó de ser ella tampoco en el peinado y eso que, como cualquier hijo de vecino, no tiene que ser sencillo verte de repente en ese berenjenal. ¡Brava!
La boda mola porque… la iglesia era ideal. Pero por favor… si nos casamos algún día que sea en un sitio con lamparitas como estas. Si no es con esa iluminación, no me caso, y punto.
La boda mola por… momentazos como el del coro góspel. La boda en sí fue un ejemplo de integración racial maravilloso, de interculturalidad y de intercambio de costumbres. Y la cara de este señor bien merece que lo saquemos en este post.
La boda mola por… Harry arreglando el velo a Meghan. ¿Alguien no se murió de amor al ver este gesto? Siempre hemos sido muy fans de los barbudos pelirrojos, palabrita, pero ahora necesitamos uno en nuestra vida mucho más. Ay Harry, que cuando éramos pequeñas nos gustaba más tu hermano, ¡qué equivocadas estábamos!
La moda mola porque… somos muy fans de Suits. Si aún no estáis viendo esta serie (Netflix) no sabemos qué estáis haciendo con vuestra vida. La serie cuenta la vida de un bufete de abogados de NY y es entretenida al máximo. Meghan es Rachel en la serie y nos representa en muchas de la situaciones que se crean… eso sí, las faldas de tubo y los tacones le quedan mucho mejor que a nosotras…
La boda mola por… David. Por Beckham y por su traje. Ha pasado una semana y todavía nos entran sudores al ver a este señor (y su traje impecable) entrando a la iglesia (con Victoria). Nos da la sensación de que en esto, hay unanimidad (mundial).
Pero por encima de todo, la boda mola por… miradas como esta. Esperamos que la relación les dure toda la vida, pero si no…el tiempo que estén habrá merecido la pena por esta forma de mirarse.
¡Qué viva el viernes y qué viva el amor!
Hasta el lunes.
Una pequeña reflexión de amor
Sin corazones ni lugares comunes. Sin críticas descarnadas ni apelación a lo comercial. Sin almíbar que lo bañe ni azúcar que lo mejore.
¿Cómo se escribe un post un día como hoy? No era obligatorio, claro que no, pero ¿era necesario?
El amor mueve las canciones, las películas, los libros, las cartas guardadas en latas, las fotos, el arte… ¿y el mundo? No creo, no estaría tan patas arriba.
El amor empuja a los «te quiero», «te echo de menos», «me gustas», «me encantas», «me haces reír», «quiero que vuelvas» y a los «no te vayas tan pronto». También lleva a los «quiero más», «vámonos juntos», «no te preocupes, saldrá bien», «espero a que llegues» y a los «tenía ganas de verte».
Pero el amor no es solo tú y yo. Hay más. Estoy yo, está lo que me gusta y los que me rodean. El amor también es creer que puedo…y hacerlo. El amor es humor. Y risas, copas y besos. Porque me río, las bebo y los beso yo.
Y para ti, ¿qué es el amor para ti?
Más allá de santos, valentines y chocolatinas… ¡feliz día! (nada más y nada menos).
¡Hasta mañana!
Nuestro plan para San Valentín: cócteles y música
Feliz San Valentín, corazones. Es el único día que nos podemos permitir creernos Anne Igartiburu. Aunque lo cierto, es que nuestro espíritu en este día es más flamenco, más María Jiménez. Como este es nuestro cuarto San Valentín detrás de este blog, ya sabéis cómo pensamos. Y si sois nuevos por aquí os lo recordamos: creemos que este día tiene mucho más de marketing que de amor, porque el amor verdadero no es sólo uno y se puede celebrar todos los días. No te hace falta un novio (o novia), un marido (o esposa) para celebrar el amor y tampoco tiene que ser hoy. Tienes toda la vida y todos los días. Pero hoy, corazones, vamos a pintarnos los labios rojos y un año más, vamos a vestirnos de enamoradas de la vida, aunque a veces duela.
Da igual que tengas churri (si alguien nos llama así pedimos asilo político en la Conchichina) o seas un corazón solitario, nuestro plan para San Valentín funciona tanto para parejas como para amigas. E incluso nos atrevemos a decir, sin ánimo de fomentar ningún tipo de adicción, que hasta para disfrutar en solipandi. Porque este San Valentín vamos a brindar. Y nada de brindar con una yonkilata, es un día especial, ya lo dice El Corte Inglés. Así que hoy brindamos con cócteles especiales para San Valentín.
Mimosa de frambuesa / Vodka y fruta de la pasión / Cinnamon & Whiskey Sour / Camparty Punch
¿Y por qué brindamos? Que cada cual levante su copa y elija el motivo. Quizás podemos brindar porque puede que el amor exista, aunque no dure para siempre. Brindamos por la vida, por el salto de Dirty Dancing y por la escena final de Oficial y Caballero, pero sobre todo brindamos porque sabemos que el amor no es una escena de película. Y brindamos por nosotras, por NOSOTRAS en mayúsculas y por todas las personas que nos ayudan a creer que el amor, en algún lugar y de distintas formas, existe.
Y después del brindis, que empiece la música. Como ahora vamos de djs con nuestras listas de Spotify, os hemos preparado una nueva lista: Muero de amor para que améis, brindéis y cantéis a pecho descubierto.
Aceptamos sugerencias de grandes temazos de amor (como veréis nuestro gusto es bastante ecléctico) para hacer la lista Muero de amor aún más grande.
¿Cuál es tu plan para San Valentín? Hagas lo que hagas, ¡no te olvides de brindar (por ti)!
Bonus track: En este link, tienes todos los post que hemos escrito para San Valentín con recetas, imprimibles para tu DIY amoroso y hasta unos toppers bonitistas para una cena especial.