El pasado sábado nos convertimos en alumnas aplicadas del taller Personaliza muebles de Ikea que dieron las maravillosas autoras de Blanco Vintage, Deco Punto Suspensivo y El Taller de las cosas bonitas durante el Mercado del Diseño que se celebró en el Matadero en Madrid. Así que allí nos plantamos con muchas ganas de aprender a conseguir que los muebles de Ikea que pueblan nuestras casas sean mucho más nuestros y al mismo tiempo más bonitistas.

Nuestra misión era personalizar una silla de Ikea: el banco Frosta, totalmente hecho en madera es un mueble fácil y agradecido de personalizar. Estos eran los materiales con los que contábamos, además de washitape y lanas por si queríamos seguir innovando.

Lo primero que hay que hacer, una vez montada la silla, es echar una capa de imprimación para que después la pintura se adhiera bien a la superficie. Antes de volveros locos y comenzar a embadurnar todo el mueble con esta imprimación, tenéis que decidir si queréis pintar el mueble al completo. Si sólo queréis pintar una parte, tendréis que cubrir la parte que queréis dejar en madera con cinta de carrocero. Otro consejo que aprendimos es que es importante que la capa de imprimación sea fina para que seque rápido y no deje marcas en la superficie como pequeñas gotitas.

La parte más complicada fue elegir que diseño íbamos a aplicar a nuestro taburete. Al final nos decidimos por hacer una cuadrícula tipo rejilla que nos recordaba a las antiguas sillas de nea. Una vez seca la capa de imprimación, utilizamos la cinta de carrocero para crearla, un poco a ojímetro, pero si sois auténticamente pros podéis hacerlo con una regla para que la distancia entre cada cuadro sea uniforme. Ya os adelantamos el resultado final…

Una vez decidido el dibujo y con la zona que no queremos pintar protegida por la cinta de carrocero, llega el momento de ponerse a pintar. ¡Teníamos tantas ganas de coger el pincel! La verdad es que en el curso había muchas bonitistas que hicieron dibujos tan chulos como éstos.

Y este es el resultado final de algunas de las sillas que hicimos en el curso. Molan, ¿verdad?
Como habéis visto, personalizar muebles de Ikea es fácil, divertido y muy sencillo y el resultado merece muchísimo la pena.

Estad atentos a la página del Mercado del Diseño porque en noviembre volverán con más cursos tan divertidos y bonitistas como éste. ¡Nosotras ya tenemos ganas de que pase un mes!

¡Qué tengáis un martes de rechupete!