Seguro que muchos de vosotros ya os habéis lanzado con el cambio de armario, eso tan bonito de sacar la ropa veraniega y descubrir que los vestidos han encogido guardados en el altillo ellos solos. O puede ser que en el mejor de los casos hayan agrandado, en ese caso, te odiamos profundamente desde el cariño, claro. Si éste es vuestro caso, habéis encontrado vestidos o faldas pasados de moda, con alguna mancha que no se quita ni con el ‘método madre’, pero que os da mucha pena dar o regalar porque os gustan mucho sus estampados o telas… ¡tenemos la solución! Viva el reciclaje de ropa. ¡Queremos salvar al vestido bonito y favorito!
Éste ha sido nuestro caso con estos dos vestidos con estos estampados tan maravillosos. Uno porque es demasiado corto y ya no estamos para estos trotes y el otro porque nos queda demasiado grande (alegría, por otro lado). Pero les tenemos un cariño especial a estas dos prendas y queríamos que de una forma sencilla siguiesen formado parte de nuestro alrededor. Así que ni cortas ni perezosas y aprovechando el sencillo DIY cojinero que os explicamos hace un año, hemos convertido los cojines invernales de nuestro sofá en unos fresquitos compañeros de descanso. Y es que con estas temperaturas tan altas que estamos viviendo por el sur, cada vez que veía estos cojines de pana en el sofá me daba un telele.
Ahora ya podemos ‘siestear’ la mar de gustosas sin que se nos quede la cara pegada al cojín del calor y lo hemos hecho en un plis plas. ¿Os animáis a reciclar la ropa y convertirla en cojines? Si no os gusta esta opción o no la necesitáis, animaos con alguna tote bag o utilizad la tela para hacer una guirnalda o flores de tela. Hay muchísimas posibilidades.
¡Nos vemos mañana por aquí, bonitistas!
Pd. Perdonad la calidad de las fotos y su azulado chungo, pero mi cámara está rebelde (way) y ha manifestado su rebeldía al editar las fotos. Ya no había marcha atrás 🙁
Muy buena idea!!! :)))))