Acaban de dar las 00:00. Eso quiere decir que no soy cenicienta porque sigo vestida igual que antes, y que además, es mi cumpleaños. Pero no es un cumpleaños cualquiera. Es el cumpleaños con el que damos por cerrada, ¡la crisis de los 30! ¡Chúpate esa! Puede ser que el primer año del cambio sea el más traumático, por eso de cambiar el 2 que tanto nos gustaba por ese 3 del que desconfiábamos. Pero no, no es para tanto.

Aunque yo siempre digo que no fui de madrugar, por eso nací a las 12:00 del mediodía, que es mejor hora. Así que aún me quedan unas horas (cuando tú estés leyendo este post) para poder volverme loca, raparme la cabeza, hacerme budista o comprarme un longboard. Igual hasta me hago runner. Pero no, me voy a dedicar a hacer lo que hacen las personas normales en estas horas del día: escribir este post, dormir, desayunar y casi sin darme cuenta, será oficial. Tendré 31. OMG

Ya lo dijo Ángel González, para vivir un año hay que morirse muchas veces mucho. Pero también hay que vivir mucho y aunque hay días que cueste más (perdón por esta autoterapia), hay que sonreírle a la vida y celebrar, por eso hoy pienso brindar por mi y por todos mis compañeros, por estos 31 años y por poder celebrarlos con la gente que quiero estén donde estén.

No podía autofelicitarme los 31 sin echar mano de esta canción de Xoel López. Si la música puede ser bonitista, su último disco estaría en el top de los 40 principales. Se llama Paramales y es eso, un antídoto, un bálsamo para los días en los que necesitas un abrazo (o tres cervezas, que diría Sara Herranz). Y no es que lleve mal cumplir años (para nada -ironía modo on-), pero aparece la manía de hacer balance y una se pone un poco más tontorrona de la cuenta. Pero no, hasta aquí, brindo por un año más y por que pase lo que pase siempre habrá baile (como esta gran escena de mis favoritas del cine).

¡Feliz autocumpleaños! Que disfrutéis de un finde total 🙂