Viajar sea, probablemente, uno de los mejores placeres del «primer mundo». Como os conté justo a la vuelta de nuestro parón de agosto, los primeros días de septiembre me fui a Nueva York y tengo que confesar que he llegado enamoradísima de la ciudad. Os digo esto para poneos en antecedentes y que sepáis que los próximos dos posts los escribo desde el amor más absoluto. Soy una enamorada que no ve defectos por ningún sitio (aunque sabe que los tiene) de su recién hallado amor, así que aún saliendo corazoncitos de mi cabeza… os comparto la guía bonitista de Nueva York, eso sí, parte 1.
Le he dado muchas vueltas para ver cómo le daba forma a este post, cómo ordenaba todas las ideas y las más de mil fotos que me he traído. Guías de Nueva York hay mil, hechas por expertos y por bloguers especialistas en la materia, así que quiero alejarme de esa información que seguro encontraréis… y como todos no tenéis en mente viajar a la gran manzana mañana, he pensado que lo mejor será mostraros mi viaje, lo que más me ha llamado la atención, lo que han visto mis ojitos y compartir mi experiencia. Sobra decir que si tenéis preguntas, dudas o queréis que os dé algún dato más… solo tenéis que escribirme y os contaré más ¡encantada!
Vamos allá, ¡espero que os guste!
Lo que nos preguntamos todos: ¿se puede comer bien en Nueva York y a precios razonables?
La respuesta es sí… y un sí bastante rotundo. Es cierto que en una ciudad donde hay una oferta tan inmensa hay de todo. Mi principal miedo era no encontrar comida saludable a precios razonables, pero todo lo contrario. Puedo decir que he estado en Nueva York y he comido verdura, pescado y frutas. Ey, que también hamburguesas, pizzas, perritos y macarrones con queso. ¡Y he disfrutado cada bocado!
Para desayunar la mejor opción que encontramos fue la de pedir un café (aguado) y un cheese cream bagel (un bagel con Philadelphia) en los puestos que hay en cada una de las esquinas. Ambas cosas pueden salir por unos 3 dólares, una opción bastante barata y cómoda para empezar el día desde bien temprano. Un día fuimos a desayunar a Ess-a-bagel, es verdad que el bagel estaba mucho más rico ya que estaba recién hecho y había muchísimos tipos. Vale algo más caro que en la calle, pero merece la pena. Las colas que tiene en local son por algo, ¿no creéis? Otro día probamos desayunar en un típico diner, de los que te rellenan la taza de café, se llamaba Tick Tock (foto tres). De película total. Esta opción sí que es más cara, pero merece la pena probar aunque sea un día. Las tostadas francesas estaban para ponerles un piso.
Ay la pizza, lo de la 1$ pizza es una salvación. Hay por todos sitios y os la recomiendo muy mucho, para quitarte un gusanillo mientras paseas es perfecto. Pero si hablamos de pizza, no podéis dejar de probar ésta que veis arriba. Es de Artichoke Pizza y probamos la de alcachofa. Los trozos valen 6 dólares pero merecen muuuucho la pena. Compraos el trozo y lleváosla a la subida del Highline, está justo lado…¡y es el plan ideal! Y los perritos, qué sería de Nueva York sin los hot dogs… pues no os perdáis los de Gray´s Papaya o cualquiera de los que os encontréis por el camino.
Pero también se puede comer comida más saludable que toda la que os he mostrado hasta ahora. Si paseáis por Dumbo, muy recomendado, podéis hacer una parada en Sweet Green (foto uno). Me encantó el formato del restaurante ya que podías hacerte tu propia ensalada de temporada por unos 10/12 $. Además, en todos los sitios para comer hay agua fresquita gratuita, así que puedes reducir bastante tu factura. Otro parecido y de este tipo es Dig Inn (foto dos) y de éstos hay varios por todo Manhattan. Otra muy buena opción es comerte unas cajitas de The Whole Foods, unos supermercados que están por todo NY en los que también sirven comida hecha. La pagas al peso y hay de todo (foto tres). Cuando vas a una ciudad nueva, también es muy recomendable fijarse en los lugares en los que come la gente local. Nosotros nos dimos cuenta de que había mucho movimiento en Schnippers (foto cuatro) así que entramos y comimos genial: una ensalada riquísima y unos fingers de pollo…mmmm, que todo no va a ser lechuga y verde.
Y llegamos a las reinas de Nueva York y la gastronomía americana: las hamburguesas. Pero antes, dejadme que os haga una recomendación muy importante: si os perdéis por Brooklyn (hacedlo) no os perdáis un lugar de bocadillos alejado de cualquier resquicio de turistas: Anthony & Son, lugar donde me compré (y zampé) este bocata de pastrami, queso, pepinillos y tomate. Lo recuerdo y se me cae la babilla. Volvamos a las hamburguesas, yo las probé en dos sitios: el archiconocido Shake Shack (las compramos en el restaurante original de Madison Square Park y las comimos allí mismo al sol, una delicia) y la de la famosa hamburguesería secreta Joint. Merece la pena mucho mucho.
¡Nos vamos de cerves!
Vale, allí el alcohol es caro. No es un lugar para irse de cócteles alegremente, pero si os gusta la cerveza (como a mí), no es tan mal sitio. Las pintas suelen rondar los 7/8 dólares pero sí es cierto que tienen mucha cultura de la cerveza artesana y que son algo más «elaboradas» que las cervezas de grifo normales de España. No la probamos en muchos sitios pero sí que os recomiendo dos lugares en especial para hacer un parada técnica y seguir disfrutando del paseo.
Uno. Pinta de cerve a 5 dólares al solecito en The Beer Garden de Battery Park (recomendable para antes o despues de subir al ferry de State Island). Dos. Un lugar con un encanto maravilloso, uno de esos lugares 100% neoyorquinos en pleno Soho en los que te quedarías todo el día. No os perdáis Jack´s wife Freda.
NY, el paraíso para los amantes del dulce.
Gofres, crepes, donuts, muffins y todo lo que se te ocurra. Todos los pecados en forma de hidratos y azúcar conviven en esa ciudad y todo te entra por los ojos y el olfato como si fuese una taladradora. Así que caí poco, pero caí. En cada publicación que leas sobre este asunto, verás que hay un verdadero debate sobre cuál es la mejor tarta de queso: la mejor New York Cheesecake. Yo le hice caso a la bonitista Aux y la probé en Eileen Cheesecake. No tengo queja ninguna, un local con encanto, cola y una cantidad de tipos de tarta de queso que cuando me tocó pedir solo me salió: ¡una normal! Hasta ahí llega mi riesgo, jejejeje. Hablando de colas, para cola la que hay cada día en Dominique Ansel Bakery, el lugar en el que se inventó el cronut (muy cerca de Eileen). Fui dos veces, la primera había una cola que no estaba dispuesta a esperar y la segunda no había cola, alegría, pero al llegar a la puerta había un cartel enorme que decía que ya no tenían más cronuts, depresión. Así que para quitarme el gusanillo me tuve que zampar un donut de dulce de leche de Dough Doughnuts. Maravilla.
La ciudad de los rascacielos, de mirar hacia arriba y de alucinar desde una planta 100.
Cuando nos planteamos cómo íbamos a ver Nueva York desde las alturas se nos planteó una duda tremenda. ¿Subimos al One World, al Empire o al Top of de Rock? No fuimos capaces de decidir y subimos a los tres. ¿Merece la pena? Yo te diría que sí, que son tres perspectivas de NY completamente distintas. Por la mañana, por la noche, al atardecer… simplemente es magia. Además, hay varias promociones, tarjetas y ofertas con las que te puedes ahorrar bastante para subir a estos tres rascacielos. Además, cuando subimos al TOR nos pasó una cosa que no pudo ser más de película: un chico nos pidió si le podíamos grabar un vídeo mientras le pedía matrimonio a su novia. ¡Fue preciosoooo! Y eso que lo hizo en su idioma, ¡en sueco! Os confieso que lloré como si conociese a esa pareja de toda la vida y que grité emocionada, así que los pobres se han llevado a su país el vídeo con lloros y comentarios de una loquer española. Jejejeje.
En estas últimas hasta me he animado y me cuelo en las fotos, jejeje.
La semana que viene os traigo la segunda entrega con más cositas: planes gratis, barrios que nos os podéis perder y muchas más cosas que quiero compartir con todos vosotros.
¿Habéis estado en Nueva York? ¿Queréis repetir como yo? ¿A alguien no le convence nada la ciudad?
A disfrutar del viernes y del finde, os esperamos por aquí el lunes, ¡familia!
Yo quiero ir, pero Rocío no me lleva :*(
Pues fatal, que te lleva yaaaa!