Cursis como nosotras solas, no puede faltar nunca en casa un jarroncito con flores. Siemprevivas, paniculata y margaritas son siempre combinación ganadora (y económica, que las peonías están muy bien y son muy bonitistas, pero ¡ay amiga!), pero de un tiempo a esta parte tenemos especial predilección por las mimosas y hoy… la cosa va de eso: inspiración mimosas.
Sin ánimo de emular al señor con coleta de Bricomanía (Holi! por si nos lees), os contaremos que esta florecilla tan mona suele aparecer de enero a marzo (aún se puede encontrar en algunas zonas) y su nombre ‘técnico’ es acacia dealbata, es decir, es un árbol que normalmente suele estar plantado en ciudades por su riqueza ornamental. Así que amigos y amigas, lectores de este blog, ¡buscad por vuestras ciudades que hay mimosas allá donde miréis! Que sí, que el otro día paramos en un lado de una salida a la autovía (ay dios!) y cogimos unas ramitas de mimosas, así discretamente. En coronas, en cestos o en ramos… simplemente perfectas.
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Y si no, simplemente en jarrones. Dan luz a cualquier espacio, el color amarillo es pura energía y las mimosas consiguen hacer de cualquier jarrón o vaso un foco para foto instagramera a la voz de ya.
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Ya sabéis, a correr por vuestras ciudades con los ojos bien abiertos en busca de acacias que aún podéis encontrar mimosas y coger una ramita para casa, que el fin de semana está cerca y un pequeño jarrón con flores en la mesa… hace del desayuno o la cena algo especial.
¿Qué os parecen las mimosas? ¿Cuál es vuestra flor favorita?
¡Viva el juernes y hasta mañana!