Rincones bonitistas en Marruecos

Una de las frases que más hemos escuchado en la vuelta al cole es: «¿Qué tal las vacaciones? / Ya olvidadas». Nosotras no queremos olvidarnos de los días tan bonitistas que pasamos juntas en nuestro viaje a Marruecos, así que hemos decidido compartirlo con vosotros y así de paso ver si la Lonely Planet nos ficha y nos propone hacer una guía bonitista.

asilah

Nuestra primera parada en nuestro bajarse al moro particular fue Asilah, previo paso por las grutas de Hércules donde puedes ver el mapa de África dibujado por la naturaleza en un contraluz precioso. Teníamos ganas de aventuras de las buenas, así que antes de entrar y perdernos por los callejones de la Medina, decidimos ir al Paraíso. Así es como llaman a una fabulosa playa a la que fuimos en un carromato tirado por un caballo, porque eso de ir en taxi está muy visto. Aún no sabemos como Said aguantó nuestro peso (la operación bikini es ya historia) y nos llevó hasta nuestro destino final.

asilah bonitistadetalles de Asilah

Cal y color. Esos son los ingredientes que dan vida y forman la imagen de la Medina de Asilah. Allí nos sumergimos siguiendo y completando más que un arcoiris de colores, porque hay tantos como casas. Aunque eso sí, el azul, en toda su gama, es el protagonista. Entre añiles y turquesas nos topamos con una casa verde mint bonitista, ya tenemos hogar oficial en Asilah. Entre estos callejones, nos sorprendió encontrarnos con unos murales muy familiares: los del Niño de las Pinturas.  Así es Marruecos, hay sorpresas a la vuelta de cada esquina.

murales de Asilah

La esencia del Marruecos más puro la encontramos en la Medina de Tetuán, donde es imprescindible pasearse  y abrir bien los sentidos entre los olores (algunos más agradables que otros) colores y sonidos de los puestos callejeros y como no: lanzarse al juego del regateo. De Marruecos hemos vuelto cargadas con detalles para dar un toque exótico a nuestras casas: platos, cuencos, jarapas, teteras. ¡Todo nos parecía tan bonitista y necesario!

tetuan

Mirar el mar hacia ese estrecho que nos separa y nos une desde el Hafa Café mientras disfrutas de un té es una de las paradas casi obligatorias de Tánger, pero no la única. Una vez más, el laberinto de calles de la Medina esconde rincones mágicos, detenidos en el tiempo que te sonríen a base de colores. Son rincones que despiertan alegría instantánea, tanto que te gustaría guardarlos en una cajita para revivirlos en los días grises.

Tanger

El «Moro», como lo llama nuestra amiga Laura, igual para muchos no es un destino bonitista, pero si te detienes y miras bien cada detalle, encontrarás bonitismo en estado puro. Aunque lo que realmente lo convierte en un gran destino es compartirlo con gente a la que quieres. El plan, es lo de menos. (Lección aprendida).

equipo bonitista

Estas son nuestras carusas de sobrevivientes de aventuras y percances varios.

¿Os animáis a bajaros al moro? ¡Buen martes!

5 reflexiones sobre “Rincones bonitistas en Marruecos

  1. Yo he tenido la suerte de compartir el «moro» con las bonitistas. Con este post habéis sabido reflejar el viajito tan bueno que hemos hecho! Gracias bonicas!

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.