Lo confieso: hace varios meses que no me subo a la báscula. Hasta hace un tiempo lo hacía cada semana, no porque estuviese haciendo dieta ni nada parecido, sino por controlar si ganaba o perdía algo de peso. Cada gramo perdido era una victoria y por lo tanto, cada gramo ganado me daba el fin de semana (me pesaba los viernes). Y un día sin más, dejé de hacerlo. Ojo. Me gustaría aclarar que no es nuestra intención, nunca, incitar a la falta de control en nuestra salud y que apoyaremos siempre comer bien, sano, variado y hacer ejercicio. La obesidad es una enfermedad y como tal debemos tratarla y siempre animaremos a que, si algo de tu cuerpo afecta a tu salud física o mental, trates de cambiarlo.
Con este post no queremos hacer apología de nada (ni de los kilos ni de los «cuerpos 10»), solo queremos, ahora que se acerca el verano peligrosamente, animaros a que os reconciliéis con vosotras (y vosotros) mismas. Nada más y nada menos. Por eso hoy queremos compartir mensajes body possitive para irnos de vacaciones de Semana Santa a lo grande y sin complejos.
Cuántas veces hemos oído o nosotras mismas hemos dicho eso de: odio mis piernas, tengo mucha celulitis, qué bajita soy, es que no tengo pecho para eso, esa camiseta me queda fatal, estoy horrible, esto me hace gorda, salgo fatal en la foto, odio mi pelo, vaya brazo tengo, esto no me lo pongo… y así día tras día. Estamos mucho más acostumbradas entre nosotras (y hablo en femenino) a escuchar estas frases y darlas por normal que quizá un «qué guapa salgo en esa foto», «qué bien me queda ese vestido». Pensadlo, si escuchamos estas frases en cualquier conversación… nos llaman mucho más la atención que las anteriores. ¿Por qué creéis que ocurre?
Aunque queremos cambiar de talla, estar más sanas, alimentarnos y mejor y tener los brazos más fuertes… ¿tan complicado es mirarse a un espejo y verse algo «bonito»?
Viva la diferencia, viva la verdura y el brócoli, pero que viva también las torrijas y el deporte. Viva ponerse en bikini sin mirarse el espejo con recelo, viva el deporte y la vida saludable, viva comer mejor y reírse. Viva decirse cosas bonitas, verse bien en las fotos y dejar de señalar nuestros defectos. Viva decirle a la de enfrente que la camiseta le queda guay, viva enseñar brazos y piernas en cuanto empiecen a subir las temperaturas, viva ser positivas y cambiar todo aquello que queramos.
Viva mirarse el espejo y recordarse…»oye, pues tampoco estoy tan mal». Claro que no lo estás… ¡y mucho mejor que vas a estar!
Felices vacaciones de Semana Santa, ¡nos encontramos a la vuelta!