Chute de inspiración primaveral: bienvenidos cuadros vichy

vichy ropa

Recuerdo que de «jóvena» , con unos 13 o 14 años, tenía una camisa de cuadritos vichy en blanco y rojo con bordados (ahora sería un exitazo de camisa) y cuando me la ponía, los compañeros de clases siempre me decían que si le había robado el mantel a una pizzería. A mí gracia, lo que se dice gracia, me había más bien poca pero ponía sonrisa de medio lado y hacía como que no me molestaba. Quién le iba a decir a aquéllos compañeros de clases adolescentes que años más tarde los cuadros vichy y los «manteles de pizzería» acabarían por llenar pasarelas y percheros del imperio de Amancio.

Hoy os proponemos un chute de inspiración primaveral y os animamos, pese al riesgo de parecer de empacharnos, a darle la bienvenida a los cuadros vichy. Primero para la ropa… en lino y la combinación blanco y negro nos parece apuesta ganadora. ¿Cómo lo veis?

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Pero si para la vestir nos convence aún más lo hace para casa. Sin ñoñerías, para dar un aire rústico y campestre nos sigue pareciendo el estampado estrella. Viva el mantel vichy de pizzería, claro que sí,

vichy hogar

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Cerramos el post de hoy haciendo un poco de historia… y es que mis compañeros de clase no iban tan desencaminados. Por lo visto, fue Brigitte Bardot la que en 1959 trasladó el estampado del s.XVII de las cocinas a la calle. Una visionaria…

¿Qué os parece el estampado vichy? ¿Alguien se anima por ahí?

Volvemos mañana para celebrar el viernes por aquí, ¡feliz jueves!

 

Por qué querrás mucho olivo en tu boda

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Con lo tremendamente alérgica que soy al olivo (y a otras muchas cosas, estoy para una aventura) no sé cómo estoy escribiendo este post. Probablemente lo que me pase con los olivos y sus frutos sea una relación de amor-odio que no mucha gente entiende. Para qué os hagáis una idea… me gusta el aceite pero no las aceitunas. He estado 32 años de mi vida (los que tengo) sin comerlas. Y mirad que las he probado: negras, rellenas, verdes, aliñadas… y nada (que una es de comer muy bien, mis cachas hablan por mis pocas cortapisas con la comida). Hasta que un día no hace mucho, volví a probarlas… y ¡ay amiguis! las aceitunas que no he comido en tres décadas me las estoy comiendo en tres semanas.

Pero ése es otro tema, vuelvo… o mejor dicho, volvemos a las bodas llenas de olivos.

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Imagen vía Pinterest

Hace ya un tiempo, unas de las másters del universo en esto de organizar bodas, El sofá amarillo, ya predijo algo así como que el olivo era el nuevo eucalipto. Y no le faltaba razón. Motivos no le faltan a este árbol tan mediterráneo: es más barato, fácil de encontrar, es resistente y para decorar queda taaaaan bonito. En las mesas en el banquete es todo un acierto, ya sea como centro de mesa en las tipo imperial, como adorno encima del plato o en las sillas.

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Durante la ceremonia, el olivo también resulta todo un acierto. Nos encanta la idea de sustituir el arroz o los tradicionales pétalos por hojas de olivo… maravilla. Y en las sillas haciendo el pasillo hasta el altar es amor del bueno, rústico, sí, pero amor. bodas olivo 3

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Y terminamos este repaso olivar con los detalles, los que marcan la diferencia, en los que una boda o unos novios se lucen de verdad. Invitaciones, una tarta o un ramo con ramas de olivo puede hacer que tu boda se guarde en la memoria de todos los invitados y sobre todo, que se acabe convirtiendo en mediterráneamente única (¿nos podría patrocinar Estrella Damm el post, no creéis? Aunque este año no, que con todo el respeto al Sr. Reno, somos más de Quim, love you. Bueno y de cerveza también somos mucho: ¡holi Estrella!).

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¿No os parece ideal lo de regalar botellitas de aceite o cajitas con ramas de olivo aunque vayan vacías, jejej?

Hasta aquí nuestro empacho de olivo que no de olivas, que esas nos las comemos por kilos.

Feliz miércoles y nos vemos el viernes por aquí.