Estilo rural: lo rústico también vale en verano

Reconozco que soy más de playa que de campo, será el haber nacido y vivir en una ciudad costera (igual también mi catálogo de alergias a pólenes varios) imagino, que todo lo que sea arena, agua y chiringuito me convence más. Pero me pasa una cosa curiosa y es que esta regla no la sigo en decoración, me reconozco una enamorada del estilo rural, de los ambientes rústicos y de las ventanas con vistas a arboledas. ¿Qué me pasa doctora? Leer más

Una casa vintage en el campo y con toques de amarillo

elizabeth ulrich casa

Hace pocos días publicamos un post en el que hacíamos una oda a las «sillas Emmanuelle» y buscando fotos inspiradoras nos cruzamos con una casa. Una casa que nos gritó: «vive en mí y si no puedes… dedícame un post! Palabrita que la casa nos gritó eso mismo. La vivienda en cuestión es de la fundadora de Stockroom Vintage, Elizabeth Ulrich-Fanguy, una muchacha con mucho buen gusto, mucho estilo y mucho americana (espero que nos permitáis el chistaco). Se trata de una granja de 1900 restaurada en la que no faltan los clásicos, las piezas vintage, los toques en amarillo y unos muebles que son para llorar de emoción y de bonitos.

elizabeth ulrich casa

Lo de las mesitas de noche columpio lo vemos igual de mono que de incómodo. Si mi móvil ya muchas noches hace puenting desde la mesilla de noche con cuatro patas, no me quiero imaginar el «disaster», pero admitamos que bonitista es un rato.

Ahora llega la cocina, que es nuestro punto débil. Obviamente una cocina así es difícil de conseguir a la par que complicado de mantener, básicamente por el suelo de madera. Qué madre (de las nuestra) no se quejaría de un suelo así… la mía tiene que ser para escucharla. Pero eso sí, nos quedamos con los muebles blancos, la mesa de madera desgastada en el centro, los platos vintage colgados de la pared y la pequeña estantería con botes de libros.

Y terminamos este recorrido por el baño (amor) y el estudio. Qué nos gustan los baños que no lo parecen… y los muebles amarillos.

Esta maravillosa casa la encontramos en el blog Découvrir Desing, donde podéis encontrar más fotos.

¿Qué os parece? ¿Os gustan este tipo de casas vintage? ¿El suelo de madera en la cocina os produce los mismos sentimientos encontrados que a nosotras?

Ainsss, que ya es miércoles último día del mes y ya huele, y mucho, a verano… al menos por Málaga. ¿Qué tal por vuestras ciudades?

Besotes y hasta mañana.

Por qué querrás mucho olivo en tu boda

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Con lo tremendamente alérgica que soy al olivo (y a otras muchas cosas, estoy para una aventura) no sé cómo estoy escribiendo este post. Probablemente lo que me pase con los olivos y sus frutos sea una relación de amor-odio que no mucha gente entiende. Para qué os hagáis una idea… me gusta el aceite pero no las aceitunas. He estado 32 años de mi vida (los que tengo) sin comerlas. Y mirad que las he probado: negras, rellenas, verdes, aliñadas… y nada (que una es de comer muy bien, mis cachas hablan por mis pocas cortapisas con la comida). Hasta que un día no hace mucho, volví a probarlas… y ¡ay amiguis! las aceitunas que no he comido en tres décadas me las estoy comiendo en tres semanas.

Pero ése es otro tema, vuelvo… o mejor dicho, volvemos a las bodas llenas de olivos.

bodas olivo 1

Imagen vía Pinterest

Hace ya un tiempo, unas de las másters del universo en esto de organizar bodas, El sofá amarillo, ya predijo algo así como que el olivo era el nuevo eucalipto. Y no le faltaba razón. Motivos no le faltan a este árbol tan mediterráneo: es más barato, fácil de encontrar, es resistente y para decorar queda taaaaan bonito. En las mesas en el banquete es todo un acierto, ya sea como centro de mesa en las tipo imperial, como adorno encima del plato o en las sillas.

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Durante la ceremonia, el olivo también resulta todo un acierto. Nos encanta la idea de sustituir el arroz o los tradicionales pétalos por hojas de olivo… maravilla. Y en las sillas haciendo el pasillo hasta el altar es amor del bueno, rústico, sí, pero amor. bodas olivo 3

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Y terminamos este repaso olivar con los detalles, los que marcan la diferencia, en los que una boda o unos novios se lucen de verdad. Invitaciones, una tarta o un ramo con ramas de olivo puede hacer que tu boda se guarde en la memoria de todos los invitados y sobre todo, que se acabe convirtiendo en mediterráneamente única (¿nos podría patrocinar Estrella Damm el post, no creéis? Aunque este año no, que con todo el respeto al Sr. Reno, somos más de Quim, love you. Bueno y de cerveza también somos mucho: ¡holi Estrella!).

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¿No os parece ideal lo de regalar botellitas de aceite o cajitas con ramas de olivo aunque vayan vacías, jejej?

Hasta aquí nuestro empacho de olivo que no de olivas, que esas nos las comemos por kilos.

Feliz miércoles y nos vemos el viernes por aquí.

¡Hola octubre!

hola octubre

Ya está aquí octubre, bienvenido. Aunque nos hayamos quejado mucho de la llegada del fresquito y de la lluvia… nos gusta. El mes de octubre es en el que más te crees que ya has vuelto a la rutina, el de los cambios de armarios, hay casi dos puentes festivos (el del 1 de noviembre lo incluimos), es mi cumpleaños (ejem, ejem), y mi santo (triple ejem), la nueva temporada definitivamente ha llegado a las tiendas y todavía tenemos el impulso de los buenos propósitos post vacaciones. Así que con luces de neón te decimos… Hola octubre. 

Hoy compartimos cinco cosas que además nos gustan muchísimo de este mes, o también se pueden llamar objetivos o wishlist… o como queramos.

hola octubre

1. Salidas a comer arroz al campo, picnics de los más chics y bonitistas o con las mesas y sillas playeras. Este mes de octubre queremos disfrutar del olorcillo del campo, del sonido de los pajarillos y de hacer fotos de hojas en el suelo (prometemos no saturar Instagram). Esta bonita foto la hemos visto aquí.

2.  Queremos un poncho, el poncho de moda. Éste es de Zara, y aunque estamos en la búsqueda de alguno en versión lowcost… queremos esta especie de batamanta. Que no tenemos muy claro de como nos puede quedar a las que sobrepasamos el 1,60 de chiripa, pero ahí está la intención.

3. Cocinar más, invitar a amigos los fines de semana y poner el horno a funcionar. Las recetas de horno además dejan ese aroma en casa tan hogareño. Este hojaldre con cherrys y queso tiene una pinta…

4. El color buganvilla, perfecto para este mes de octubre. Y como siempre, LucíaBe da en el clavo. Anda hija, no hagas cosas tan monas que esto es un sinvivir.

5. Descubrir todos los puestos de castañas del barrio y hacer la ruta para disfrutar del olor. Ayer por la tarde, incluso desde el coche, me llegó el aroma y ya me dije: ‘sin duda, ha llegado octubre’.

¿Qué os parece? ¿Tenéis alguna fecha señalada en el calendario este mes? Qué tengáis una buena entrada de mes y nos vemos por aquí mañana 😉

Una boda campestre con vistas al mar I : el montaje

boda campestre avance

Los que nos seguís por Instagram, ya sabréis que este fin de semana estuvimos trabajando en la boda de M & J, unos amigos que querían que su boda fuese bonitista. Y allí que nos fuimos. Llevamos meses currando en ella, pero el ritmo comenzó a acelerarse en la última semana. El pasado jueves llevamos todo el material al Palacio Monte Miramar, un lugar maravilloso en la parte alta de una bonita zona de Málaga, lleno de vegetación, árboles altísimos y lo mejor de todo… vistas al mar. Así que la materia prima era muy buena. La novia quería darle al espacio un aire bucólico, campestre y romántico y con esas premisas trabajamos.

El sábado por la mañana a las 8 en punto estábamos allí para comenzar con el montaje y asegurarnos de que todo estuviese listo para cuando llegasen los invitados y los novios. Éstas unas cuantas fotos que compartimos en Instagram, así que perdonad la calidad, pero es que teníamos muchísimas ganas de compartirlas con todos vosotros. Prometemos fotos más profesionales y en las que se puedan ver mejor los detalles próximamente.

boda campestre avance

El almuerzo fue al aire libre en un jardín cubierto con telas blancas a modo de jaima, algo muy ligero que permitía que los invitados disfrutasen de la brisa del mar y la temperatura perfectamente primaveral que hizo el pasado sábado. Además, los novios tienen muchos amigos extranjeros (de ahí la pizarra en varios idiomas), así que les hicieron los ojos chiribitas con el sitio y el tiempo.

Además de los espacio que veis, también nos encargamos de la mesa de chuches y el carrito de palomitas y éstas las hicimos mientras montábamos, así que el resultado final está mucho más elaborado. Pero lo dicho, somos unas impacientes.

En cuanto a la novia… iba perfecta, su vestido casaba perfectamente con la decoración y el aire romántico del lugar. Un vestido de tul y encaje que le quedaba como un guante (ya os contaremos quién se lo hizo, por si alguna se casa en Málaga próximamente y quiere opiniones). Tras el almuerzo y el baile, cambió su velo por una corona de paniculata que puso la guinda al vestido.

En fin, que fue una boda preciosa y estamos muy orgullosas de haber contribuido un poquito a ello.

¿Qué os ha parecido? ¿Os gusta este estilo de bodas? Hasta mañana familia 😉