Desde que estuvimos en París (hace ahora algo más de un año para la boda de una amiga), no paro de buscar el abrigo largo perfecto. Pero largo… largo, largo con ganas. El motivo es que todas las muchachas estilosas que nos cruzábamos por las calles lo llevaban, vamos, en París no eres nadie si no llevas un abrigo que te llegue a los tobillos. Ahora con el frescor y las rebajas… (vale que aún tengo la barriga), creo que ese momento está más cerca. Yeah.
Abrigos largos para resistir al fresquete invernal
