Los vestidos de novia más icónicos del mundo mundial

Hace un año nos encontramos por casualidad con una ilustración que nos pareció una auténtica belleza. Además de ser un documento histórico, casi antropológico, este documento es un pastelito para cualquier amante de los blogs de bodas a la par que lectora de la revista ¡Hola! Sabemos que nos entendéis (decid que sí, por fi, que si no vamos a parecer bichos raros). La ilustración en cuestión es una creación de la joyería (de muy alta alcurnia) Vashi y recoge los 100 vestidos de novia más icónicos de la historia.

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No nos digáis que no es una auténtica delicia. Nos ha dado pelusa, y  también hemos querido proponer los vestidos de novia que son más icónicos para nosotras, esos que se te vienen a la cabeza nada más fantasear en cómo sería tu vestido… o áquel que hemos guardado en Pinterest, con una captura de pantalla o en plan romántico, la página de una revista doblada entre las páginas de cualquier libro.

Empezamos por los más clásicos, aquí coincidiremos muchos: Audrey y Grace, Grace y Audrey. Cada uno con su estilo, el corto de Audrey con flores en el pelo y el principesco de Grace con encaje y mucho volumen. Ambas tienen algo en común: la personalidad. Tanto en el tocado como en la forma del cuerpo de los vestidos. Los dos, pese a ser de los años 50, son fácilmente adaptables al siglo XXI.

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Audrey y Grace

Avanzamos algunos años, más bien algunas décadas y nos tenemos que detener en otros dos vestidos completamente diferentes y que también están entre los 100 vestidos de novias más icónicos: Kate Moss y Solange Knowles (la hermanísima de Beyoncé, que qué comerían en esa casa… vaya dos hermanas). De nuevo dos looks tan diferentes como ellas mismas. El toque bohemio de la Moss y las líneas rectas y simples de Solange. Nos podríamos poner ambos vestidos. Sin ningún problema (pese a los obvios de cómo nos quedarían, claro está).

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Kate y Solange 

Y terminamos nuestro particular recorrido por novias patrias, más en concreto, novias andaluzas que en los últimos años nos han llamado la atención por algo y porque sus vestidos son un punto y aparte en el bonitismo nupcial. Empezamos por el vestido de la sevillana Rocío Peralta, gracias a ese traje, conocimos el trabajo del diseñador Roberto Diz y sus libélulas. Él también hizo los vestidos de las hermanas de Rocío cuando se casaron… ¡preciosos! Completamente opuesto es el vestido de novia de la diseñadora granadina Beatriz Peñalver diseñado por ella misma. Cuando ves el vestido no puedes decir otra cosa que ¡oh-my-god! Vale, es atrevido y probablemente sería complicado de poner en cualquier cuerpo de muchacha terrícola, pero a ella le queda de infarto y hay que reconocer que es un vestidazo.

Y finalizamos con la malagueña Ana Vera (creadora de Vera Blonde), ¿quién no la conoce? Es tan guapa que da hasta coraje, pero es tan encantadora que se te acaba olvidando nada más cruzar dos palabras con ella. Su vestido de novia lo firmó el diseñador, también malagueño, Jesús Segado y es de lo más bonito y especial que hemos visto en los últimos tiempos.

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Rocío, Beatriz y Ana

Y para vosotros, ¿cuáles son los vestidos de novia más icónicos de la historia? ¿Cuál se nos ha olvidado en esta selección? ¿Vuestra novia favorita de todos los tiempos? Venga contadnos… ah, y vale decir el vuestro, eh 😉

¡Hasta mañana!

Por qué querrás mucho olivo en tu boda

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Con lo tremendamente alérgica que soy al olivo (y a otras muchas cosas, estoy para una aventura) no sé cómo estoy escribiendo este post. Probablemente lo que me pase con los olivos y sus frutos sea una relación de amor-odio que no mucha gente entiende. Para qué os hagáis una idea… me gusta el aceite pero no las aceitunas. He estado 32 años de mi vida (los que tengo) sin comerlas. Y mirad que las he probado: negras, rellenas, verdes, aliñadas… y nada (que una es de comer muy bien, mis cachas hablan por mis pocas cortapisas con la comida). Hasta que un día no hace mucho, volví a probarlas… y ¡ay amiguis! las aceitunas que no he comido en tres décadas me las estoy comiendo en tres semanas.

Pero ése es otro tema, vuelvo… o mejor dicho, volvemos a las bodas llenas de olivos.

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Imagen vía Pinterest

Hace ya un tiempo, unas de las másters del universo en esto de organizar bodas, El sofá amarillo, ya predijo algo así como que el olivo era el nuevo eucalipto. Y no le faltaba razón. Motivos no le faltan a este árbol tan mediterráneo: es más barato, fácil de encontrar, es resistente y para decorar queda taaaaan bonito. En las mesas en el banquete es todo un acierto, ya sea como centro de mesa en las tipo imperial, como adorno encima del plato o en las sillas.

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Durante la ceremonia, el olivo también resulta todo un acierto. Nos encanta la idea de sustituir el arroz o los tradicionales pétalos por hojas de olivo… maravilla. Y en las sillas haciendo el pasillo hasta el altar es amor del bueno, rústico, sí, pero amor. bodas olivo 3

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Y terminamos este repaso olivar con los detalles, los que marcan la diferencia, en los que una boda o unos novios se lucen de verdad. Invitaciones, una tarta o un ramo con ramas de olivo puede hacer que tu boda se guarde en la memoria de todos los invitados y sobre todo, que se acabe convirtiendo en mediterráneamente única (¿nos podría patrocinar Estrella Damm el post, no creéis? Aunque este año no, que con todo el respeto al Sr. Reno, somos más de Quim, love you. Bueno y de cerveza también somos mucho: ¡holi Estrella!).

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¿No os parece ideal lo de regalar botellitas de aceite o cajitas con ramas de olivo aunque vayan vacías, jejej?

Hasta aquí nuestro empacho de olivo que no de olivas, que esas nos las comemos por kilos.

Feliz miércoles y nos vemos el viernes por aquí.

Reformation, una marca para novias diferentes

Porque no son vestidos de novia como tal, es una tienda americana, son vestidos relativamente baratos y tiene rollo… por eso Reformation es una marca para novias diferentes.

Os contamos un poco brevemente antes. Esta marca tuvo su punto de inflexión el pasado año, un pelotazo en toda regla, vamos. Ha ido triplicando año tras años sus ingresos y su página web es el buque insignia de la firma: venden online más de la mitad de sus cifras anuales. Algunas claves para este éxito tan arrollador es que tienen gastos de envío gratis a todas las partes del mundo, diseños con cortes sencillos pero buenos acabados, precios relativamente económicos y compromiso con el medio ambiente.

Con todos estos ingredientes y una buena dosis de escotes tanto delanteros como traseros (igual no se lleva muy bien con el sujetador pero algún apaño siempre hay) el cóctel es explosivo.

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Los vestidos que hemos seleccionados y que vemos perfectos para cualquier boda, cuestan entre los 250 y 650 dólares. Son ideales para bodas desenfadadas, civiles, con un presupuesto moderado o como segundo vestido. A nosotras nos enamoran.

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Todas las fotos son de la web de Reformation

¿Conocíais la marca? ¿Os atreveríais a comprar un traje de novia online?

Por cierto, que la marca tiene tiendas en NY así que si vais próximamente es una dirección a tener en cuenta porque el resto de la colección es simplemente: per-fec-ta.

¡Nos vemos mañana por aquí!

«Sí quiero» en primera línea de playa

El mar. Podemos cantarle los coros a Serrat y decirle que nosotras nacimos en el Mediterráneo. La playa es sin duda uno de nuestros lugares favoritos. Por su luz, su tranquilidad, los buenos momentos vividos. Ese lugar donde huir para saber que se puede mirar hacia el horizonte. Será que desde que vivimos en Madrid, tenerla lejos nos hace quererla mucho más. Por eso, cuando alguna vez fantaseamos (de broma) con la idea de una boda bonitista, siempre aparece una boda en la playa. Sí, sabemos que hay un montón de detalles a tener en cuenta que pueden hacer que nos bajemos del barco. Si tú también te has dicho eso de «¿y si nos casamos en la playa?», nosotras te animamos y mucho más que te vas a animar después de ver las ideas que traemos hoy para dar el sí quiero en primera línea de playa.

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Las gamas de colores en las bodas playeras para nosotras tienen varias opciones: tonos pastel, tonos marineros o incluso tonos más veraniegos como azules y amarillos.

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Madera sobre la arena y farolillos en el cielo. Los límites ideales para un bodorrio playero.

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Altares sencillos, con toques florales y elementos como los tikis dan un toque bonitista para crear un ambiente especial en el día del sí quiero.

Y lo mejor de una boda en la playa…¡andar descalzo! Así nos vamos, pasito a pasito para disfrutar del martes.

Inspiración: Peinados para bodas

Sí, no te has dado cuenta, pero miras el calendario y está totalmente salpicado de fechas marcadas en rojo. Sí, estamos en temporada de bodas y dirás, y yo con estos pelos. No somos primas de Llongueras, pero quién quiere un peluquero cuando existe Pinterest y una infinita paciencia. Si aún no sabes cómo domar tu pelo para el próximo bodorrio, no te preocupes, aquí te traemos algunas ideas de peinados para bodas (o cualquier otro evento) que te ayudarán a gritar hago lo que quiero, con mi pelo. 

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Venga vale, después de ver la selección de peinados que hemos hecho, parece que queda claro que nos encantan las trenzas. Es verdad, y es que quedan muy bien en cualquier ocasión, y por supuesto en un bodorrio más. La verdad es que nosotras no somos muy duchas en lo que a pelos se refiere, pero nos divertimos intentándolo. Y si no siempre nos quedan dos opciones: soltarnos la melena o cogernos un moñete mono, labios rojos y a gritar ¡vivan los novios!

¡Feliz martes bonitistas!